El Chiquito Roselló: genio y figura del redoblante

Ejemplo típico del murguista bohemio, escaso en dientes, músico innato eternamente acodado en algún mostrador, Oreste ‘Chiquito’ Roselló es un claro exponente de la estirpe de artistas callejeros que inventaron el carnaval montevideano. Redoblante de condiciones excepcionales y con una destacada trayectoria como boxeador, llenaba él solo cualquier escenario con su mímica, sus piruetas imposiblesSigue leyendo «El Chiquito Roselló: genio y figura del redoblante»

España en el corazón I

   A lo largo del siglo XX, pocos sucesos internacionales conmovieron tanto a la sociedad uruguaya como la Guerra Civil Española. Sobre todo del lado de la solidaridad con la causa republicana porque, si bien los partidarios del régimen terrista y del sector del Partido Nacional liderado por Luis Alberto de Herrera se alinearon juntoSigue leyendo «España en el corazón I»

Mascaritas a granel

En la primera mitad del siglo XX, la categoría de ‘máscaras sueltas’ se parece a un caótico conglomerado de propuestas, una especie de cajón de sastre al que iba a parar todo lo que no cabía en otro lado. En virtud de ello y dando cuenta de una asombrosa variedad de habilidades e inclinaciones filodramáticas,Sigue leyendo «Mascaritas a granel»

Traimán I

En 1932, cuando hubo que reemplazar al finado Lametz al frente de corsos y desfiles, la Comisión Municipal de Fiestas optó por un popular canillita montevideano, Menestrelo I, cuyo reinado duró solo un año. Se produjo entonces el advenimiento de Traimán I, supuesto descendiente de un cacique araucano que, después de ser despojado de suSigue leyendo «Traimán I»

La barra de Peloduro

Esta foto fue tomada en enero de 1935 en el taller del escultor español Eduardo Díaz Yepes (al centro, de lentes) que en ese momento tenía 26 años y había llegado al Uruguay pocos meses antes con Joaquín Torres García y su familia. Sobre el extremo derecho de la foto aparece el dibujante Julio SuárezSigue leyendo «La barra de Peloduro»

El Marqués de las Cabriolas

Entre 1906 y 1931, Edmundo Lametz –conocido con el apodo de Cangrejo I- fue nuestro Marqués de las Cabriolas. Humilde trabajador que de ordinario se ganaba la vida lavando pisos, en febrero adquiría un súbito y efímero destaque por obra y gracia de Momo o, mejor dicho, de la Municipalidad, que le pagaba unos pesosSigue leyendo «El Marqués de las Cabriolas»