Sin duda que la expansión de los escenarios vecinales que se hace particularmente notoria en los años 20 y 30 remite ante todo al entusiasmo despertado por el ejemplo pionero creado en 1890. Sin embargo, en ese proceso también incidió de manera decisiva el concurso implementado por la Comisión Municipal de Fiestas en 1926. A partir de entonces, a la diversión se sumó la competencia con sus consiguientes pasiones y dolores de cabeza.
Después de trabajar arduamente durante más de un mes en la confección de muñecos y accesorios, cuando finalmente se prendían las luces del tablado en la primera noche de carnaval, todo el barrio quedaba boquiabierto, deslumbrado y convencido de que el premio era una fija. Por eso, una vez conocidos los fallos, los diarios no daban abasto para publicar las decenas de denuncias que acusaban al jurado de “torcidos manejos” y criticaban despiadadamente los “ridículos méritos” del “horroroso adefesio” premiado a pocas cuadras.
En ocasiones, la reacción de los vecinos ante un fallo adverso adquirió proporciones bastante inesperadas. Así ocurrió, por ejemplo, en el caso del tablado El Harem, de 1930. El jurado no lo tuvo en cuenta en sus premiaciones y, en vista de ello, como protesta, el vecindario lo deshizo a golpes.
Un año antes, El Dragón de Guaraní y Cerrito, había corrido una suerte igualmente trágica. Aunque la foto que lo muestra en el encabezado de estas líneas no permite apreciar adecuadamente sus virtudes, las descripciones aparecidas en la prensa lo definían como “algo digno de verse”. Según ellas, la construcción consistía en un “espeluznante monstruo” que por las noches “escupía fuego” ya que constaba de un complicado mecanismo por el cual una serie de lamparitas rojas iluminaban sus fauces, mientras que un ventilador oculto en su interior accionaba un manojo de serpentinas igualmente rojas. Pasada la noche de los fallos y en vista de que el jurado se permitió ignorar semejante derroche de creatividad, la imponente criatura amaneció degollada, a manos de los mismos que la habían confeccionado.
Pese a tanta frustración, de más está decir que sólo hacía falta esperar que se aplacaran los ánimos para que el barrio comenzara a soñar con el próximo tablado.

Guaraní y Cerrito
3er premio «Zona 1»
2do Premio General
🎭 Carnaval 1929
🎞 Archivo Milita Alfaro
👀 Disponible en la colección http://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/4761