Los abuelos de la LUC

Contrariamente a lo que se cree o se dice, ni la coalición multicolor que nos gobierna es una novedad de estos tiempos ni los carnavales de hoy están más politizados y/o partidizados que los de antaño.

Respecto de lo primero, resulta por demás reveladora la alianza conservadora que derrotó al reformismo batllista en las elecciones del 30 de julio de 1916. Además de contar con el apoyo de la Iglesia, el bloque triunfador en aquellos comicios estaba encabezado por el Partido Nacional liderado por Luis Alberto de Herrera –bisabuelo de nuestro actual presidente- y por Pedro Manini Ríos, líder de la fracción conservadora del Partido Colorado y abuelo del actual senador de Cabildo Abierto. Demostrando la eficacia de aquella otra coalición multicolor, en el plebiscito del año 16 realizado bajo la presidencia del batllista Feliciano Viera, la ciudadanía se pronunció en contra de la propuesta de colegiado postulada por José Batlle y Ordoñez. Se consolidaba así el freno al programa de reformas impulsado por el ala progresista del Partido ya que, ante el revés electoral sufrido en las urnas, las políticas de signo progresista resultarían bloqueadas por el llamado “alto de Viera”.

Como no podía ser de otra manera, las claves de aquella coyuntura tuvieron su correlato carnavalesco en la puntería con que la murga Los Políticos de la Época recreó en febrero del año 17 los pormenores de la Convención colorada celebrada inmediatamente después de los comicios.

Al iniciar su discurso, el presidente Viera –encarnado por Ernesto ‘Porteño’ Nogara- describía así a las fuerzas triunfantes en la compulsa electoral:

‘Tres fracciones coaligadas,

los clericales benditos

con blancos y rabanitos

forman firme oposición.

Mistifican con descaro

por llevar hacia su lado

parte del electorado

que sostiene mi sillón.’

El presidente parodiado por Nogara pasaba luego al análisis de la derrota del batllismo, justificando la necesidad de un ‘alto’ al programa refomista: ‘En inminente peligro / hoy se halla nuestro partido, / la prueba ya hemos tenido / en el acto comicial. / Es menester desligarnos / de la tendencia avanzada, / haciendo alto en la jornada / extirparemos el mal.’ A lo cual los convencionales respondían a coro: ‘VIERA usted si no hará roncha / este cambio de bandera / del partido que se esmera / por la suerte popular. / Basta ya de horario obrero / ni de derecho a la sopa, / vayan a comer estopa / así van a escarmentar.’

Luego de despacharse a gusto contra los enfrentamientos del elenco político de entonces en un repertorio politizado y partidizado por donde se lo mire, la murga terminaba su actuación entonando este Himno arreglado a la música de la marcha ‘Mi bandera’:

‘Camaradas, entonemos, entonemos

nuestro canto hacia el turrón, hacia el turrón.

Sucumbir juntos juremos

antes de hacernos traición.

(…)

En ultratumba hoy se escribe, hoy se escribe

la igualdad tradicional, tradicional.

Juntos Rivera y Oribe

forman coro fraternal.’

Cien años después, mientras la historia vuelve a repetirse y los apellidos también, no cabe duda de que nuestro Presidente dio en el clavo cuando afirmó aquello de que la fruta cae siempre cerca del árbol.

Imagen: Foto de Luis Alberto de Herrera escaneada de El liberalismo conservador de Gerardo Caetano. Ediciones de la banda Oriental, 2020 y foto de Pedro Manini Ríos escaneada de la Crónica No.73.

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